Decirles que la tierra no es de ellos.
Decirles que la gente no es de ellos.
Decirles que las piedras necesitan ser libres.
Decirles que el desierto solo conoce
a los nómadas dueños del sol y el viento.
Decirles que El Aaiún duerme
para quedarse sin sentido.
Decirles que quien niega
será negado por la ternura de esas voces melancólicas y sedientas.
Decirles que no hay más espera
que la espera del reencuentro renacido del polvo de la libertad.
Decirles con vuestra voz de fuego y amor
que somos el pueblo saharaui.
Del libro "Aaiun, gritando lo que se siente".
Generación de la Amistad saharaui
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