martes, diciembre 28, 2010

Resistiremos_Saleh Abdalahi

Él te apuñaló con la mano
qué no nos dejaba ver
y por tu herida fuimos subiendo la cuesta
codo a codo.
Y codo a codo doblando tus esquinas
el eco de tú dolor se fue multiplicando
en tus arterias
para gritarle – el Sáhara no se vende-
Pero él, sordo a la verdad y escaso de moral,
en un negro Noviembre
escondió la mano y el puñal
y en Madrid, alegando que ya nada tenía que ver,
a los buitres del Norte y el Sur,
en una bandeja herida te abandonó

Y dentro de la confusión, un rayo de fuego
en tu regazo estalló.
La tempestad de la guerra desfiguro tu rostro
y el niño que se fue a por el pan se perdió por el camino.
El maestro de castellano cruzó la frontera,
Y el colegio se convirtió en una comisaría.
Al patio, rumiando su bullicio y alegría,
se le congeló la memoria .

Noviembre apuró los caminos del éxodo
y tu has elegido pasar hambre a no ser hambrienta.
A tener sed de garganta pero no de palabra.
A vivir en la miseria, a no ser miserable.
A dar tu juventud, toda tu edad para vivirla con dignidad.

Tu resistencia y tu fulgor forjaran la liberación
y aunque el tiempo se alarga
y el verdugo y el cómplice vuelven a darse la mano.
Resistiremos, resistiremos,
resistiremos entre el perenne follaje de la acacia desde
la distancia
en el sueño de quien dibuja tus olas sobre un
mar de arena desde el exilio.
Resistiremos entre los pilares de tu jaima donde se
aglutina la esperanza
y la solidaridad franca entre los pueblos.
Resistiremos siguiendo la estela que han dejado tus mártires
por tus dunas y por tus valles y por tu cielo
para no abandonarte.
Porque somos el espíritu de la libertad, indomables a la sumisión.

Y a pesar de la oscuridad de las celdas y la tortura,
del silencio de los que quieren ahogar nuestra voz
nos levantamos con los pechos desnudos desgarrándonos las heridas
y levantamos la voz por encima de sus coronas y sus mentiras
para gritar aún más fuerte -Sahara Libertad-.

domingo, septiembre 19, 2010

Niños_Fatma Galia


Vi ojos bellos clavados en los míos,
miradas apagadas, sin juguetes ni diversión.

Vi pupilas nubladas, manos tiernas con
mascotas de lagartos y escorpión.

Vi tez morena, pies descalzos correteando,
por los charcos y dunas.

Vi criaturas víctimas del terror, inocencias
que apasionan, rostros que inspiran,
corazones que cautivan.

Vi lo que nadie pudo ver, espejismos
tejiendo cuerdas del pasado, sombras
en el horizonte cultivando claveles y
resplandores en el cielo con
mensajes esperanzadores.

Vi semillas forjadoras del mañana, un
presente con futuro, un porvenir con
varias formas del saber.

Vi tantas, tantas cosas por decir, que sólo mi mente
guarda y mis labios no podran describir.



Fatima Galia M. Salem

sábado, septiembre 11, 2010

La otra mejilla_Ebnu

Tengo mucha sed,
estoy muy cansado,
pero el agua que se ve a lo lejos,
bien lo sé yo, sólo es un espejismo.

¿Qué hacer después de poner la otra mejilla?
¿Qué hacer cuando se agota la paciencia?
¿Qué hacer cuando se acaba el día?
¿Qué razones maniatan la ira?
¿Qué pasión anima a retar la tormenta,
a rezar en la vaguada seca de la espera?

Hijo, sólo nos queda la muerte.

Yo ya he puesto mi otra mejilla.

domingo, julio 04, 2010

Un lisiado de guerra espera_Limam Boicha


Un lisiado de guerra espera
y desde el ventanal
de su domicilio de acogida observa
las callejuelas de la vieja ciudad,
no quita ojo a los transeúntes,
los autos, los vendedores
ni al desfile los viernes de los adoradores,
con sus alfombrillas a la espalda
rumbo a la mezquita.


Un lisiado de guerra confía ver
al final de cada tarde
un chorro de agua sobre el cuerpo
desnudo de una mujer,
tras un mohoso cristal
de una derruida villa francófona.


Espera,
mientras en el mapa
se le oxida la posibilidad
de cruzar la frontera.

miércoles, abril 21, 2010

En la ciudad del viento_Fatma Galia


En la ciudad del viento,
veo lo que nadie ve,
siento lo que nadie siente,
lo digo, lo repito con
el viento y no me arrepiento

El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.

En la ciudad del viento,
hay palacios de piedras
y castillos de arena,
como en los cuentos de hadas.

El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.

Ando descalza sobre una alfombra de arena,
suave como la seda
y dorada como el ORO.

Vivo bajo un cielo
grande e inmenso,
cubierto por un velo azul,
azul como el mar.

En la ciudad del viento
la libertad nació sin dueño.
En este horizonte lejano y sin límite,
como un sueño,
cuando posa la mirada,
la vista navega libremente.

El desierto me hace sentir
como una princesa
en mi palacio de lona,
rodeado de espejismos,
como cascadas y fuentes de agua,
que se deslizan de las montañas…
espejismo brillante, con destellos,
como el diamante que
brota de repente
desde el fondo
de la tierra…

Tierra, yerma y querida,
madre del fuego,
del aire, del frío, del silencio,
del nómada y del viento.

El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.

El sol, mi hada madrina,
cada día me quiere,
me guía y me protege.

La luna, mi espejo mágico,
que me escucha,
me mira y me mima.

Las estrellas, luces de vecinos
y pueblos de princesas,
cercanas y lejanas,
cada noche me iluminan,
me vigilan y me amparan.

El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.

En la ciudad del viento
veo lo que nadie ve,
siento lo que nadie siente.

Lo digo, lo repito
con el viento y
no me arrepiento.

El desierto me hace sentir
como una princesa
en la ciudad del viento.

miércoles, febrero 17, 2010

Itaca del Sahara_Salka Embarek


Volveré a la tierra.
a pesar de los desgarros
que el silencio ha dejado en mi pecho,
volveré a la tierra.
Sin el padre y la madre
que aquel día me tuvieron,
porque ellos ya volvieron
y me esperan.


Volveré a tierra,
y al que frene mi delirio
lo volveré locura.
La esperanza es tan terrible
tan intenso el deseo,
incontenible el anhelo,
que volveré a la tierra
por el único camino perseguible.


Y si me asaltan los ladrones,
los que roban el pan
de la boca de mis niños,
abusadores de melhfas,
forjadores de mentiras,
les mostraré mis heridas,
que aun sangrando,
no me frenan.


Volveré a la tierra,
con los pasos de mi padre,
el corazón de madre,
de mis hermanas su conciencia.
Preparada tengo mi razón
y si la violencia impones,
bastará con mi dolor
para forzar la puerta.


Volveré a la tierra
el día de abrir ventanas,
de amanecer en higueras,
de mujeres en la Badía,
lagartos sobre las piedras.
Entrarán conmigo todos los muertos,
para dejar sus cuerpos
donde sus hijos los velan.


Profesionales del sufrimiento,
sabed que mi llegada está cerca.