miércoles, julio 01, 2015

Agua _Sukeina Aali-Taleb


El agua nunca pesa en la carga del camello,
me dice al oído una dulce voz de mujer.
Cuando el sol amenaza con su aliento cálido,
y se hace imposible avanzar un paso más,
el agua no pesa, no.
Cargué entonces mi mochila con agua para el camino,
y dejé atrás mi camello, dejé también mi jaima,
vestí otras ropas, y me calcé unos zapatos nuevos .
Me  adentré en tierras de alquitrán y lodo,
donde los árboles crecen negros,
y a veces el ruido no te deja pensar.
Donde no hay descanso para el viajero,
y sientes que unas manos te aprietan el corazón
y no te sale la voz.
El agua nunca pesa en la carga del camello,
oigo entre risas decir a los niños.
Avancé entonces, recorriendo caminos,
esos zapatos pensé, me llevarán lejos.
Salté por encima de los pozos,
de agua, estancada,
me equivoqué, confié, también lloré lágrimas,
de agua.
Pero el agua en mi mochila nunca faltó,
el agua no pesa, no.
El agua nunca pesa en la carga del camello,
me llegan voces antiguas
del desierto del Sáhara y de la montaña verde,
no olvides llevar agua, pequeña.
El agua es vida, te calma, te salva,
agua dulce para curar heridas,
y junto al agua,
carga bien tu mochila de otras cosas,
las cosas valiosas no pesan.
No te arrepientas de dar y ser generosa.
El agua nunca pesa en la carga del camello,
y  al cerrar los ojos, me sumerjo en el recuerdo,
y siento en mi nuca el suave hálito de los que se fueron.
El agua nunca pesa, pequeña.
No seas tonta. No te arrepientas.


Sukeina Aali Taleb, para el blog ¿Y dónde queda el Sahara?, de El Pais. Ilustración de Roberto Maján