Tristes días
niños entre los escombros
de un parque de polvo
la muerte de la vida
el silencio de una maestra
sus pasos entre cadáveres,
nada es sagrado y santo
en la Tierra Prometida
sangre sobre las heridas,
otra muerte.
Es la guerra de los derrotados
los elegidos de Dios
que olvidaron el valle fértil
las aguas del río Jordán
donde un pueblo
escuchó la palabra sagrada
la del prójimo
que no quería la muerte.