“Leyendo este poema me lleva a un epitafio de
amor con dos sujetos condenados a confinarse separados en distintos océanos y continentes,
porque nunca podrán vivir este intenso amor indefinidamente. Es la sensación que
me resulta de este poema del poeta y escritor Mohamed Ali Ali Salem. La poesía y
su autor tienen sus momentos de misterios en el verbo”. Bahia MH Awah
Este adiós
que nos saluda
[A Glenda Vlazquez y Lamin]
Este innavegable mar
con un cielo sin estrellas.
Este pírrico encuentro
de sendas que se separan.
Esta encendida antorcha
con cenizas de la nada.
Esta querencia condenada
a una libertad enjaulada.
Esta punzante insistencia
como clavos de alfaquír.
Esta espera con amnesia
que se olvida de sí misma.
Esta ven que no llega
este adiós que no viene.
Estas bocas que dicen
lo que los oídos no oyen.
Este destino que no existe
en el callejero de La Habana.
Estas huellas que las borra
una vidriosa ventisca.
Este alba que es lava
del volcán que se avecina.
Este dolor que te aflige,
esta herida que me duele.
Estos rescoldos de incendio
con leña congelada.
Estas velas emprendidas
en las olas del Malecón.
Estas devastadas miradas
de los condenados a irse.
Este ineludible adiós
que sabe a tuera y hiel.
Estos restos sin mortaja
en el jardín del edén.
Estos mágicos encuentros
con prefijo de negación.
Este crepuscular amanecer
que tenebrosas noches cuida.
Este largo lamento
como los pinos de tu isla.
Este naufragio, esta derrota,
este adiós que nos saluda.
Estos elegiacos versos
que lloran un espejismo.
Este burlado epitalamio
con epitafio en las pupilas.
Esta cruda certeza,
esta amarga verdad.
de estos últimos versos
que me dicta tu corazón.
La Habana 7 de noviembre de 2017