En el recuerdo permanecen quietas,
las entrañas del Tiris,
su cielo vibrante de estrellas
sus dunas blancas
sus cumbres oscuras.
Del Tiris nació la arena
el agua transparente,
el viento que penetra en la tierra
y hace cantar a las montañas.
Los diablos y diablesas
son lagartos,
que hablan mirando la luna
en busca del calor del fuego.