Mi madre maestra
y mis hermanas
en el regazo de
aquella oscura noche de 1975
ante el peligro
que arreciaba
amenazando la
vida de los niños
dispusieron mi huida
de la guerra.
Me calzaron
gastados Keeds,
pantalones de
pana
y un jersey
que más tarde,
en el éxodo,
gastados,
sucios y estrujados
eran el cobijo
donde se alimentaban
los despiadados
piojos del exilio.
Hoy veo a la
humanidad como garrapatas,
veo sanguijuelas
devorando la
conciencia de quienes
nos dirigen
hacia la apocalipsis humana.
¿Adónde vas
humanidad?
repitiendo viejos errores en tu falsa conducta.
Y tú presumes
de fiel cristiano,
de civilizado
de buen
político
de buen humano.
Hipócrita sin conciencia.