Un drama que se ha inscrito
en los sospechosos cuadernos
de la órbita mandamás.
Hoy se revuelca en las aceras
de la ciudad de los manantiales.
Va y viene el alma incansable
Buscando, a cualquier precio,
la paz de los sentidos.
De una bocacalle ingrata
o una avenida traidora
salen, como moscas en bandadas,
los militares de la discordia
y riegan con sus armas
la intranquilidad del turbio aire.
El drama del Sáhara
sigue impoluto en las ineficaces
lenguas y miradas ajenas.
En tanto
nuestra sangre,
derramándose aquí y allá
seguirá,
por la gran razón inalienable
de pasearse entre las brisas
de un auténtico aire saharaui.
Olor a incienso y miradas beduinas
surtirán, entonces, nuestra vida,
arraigadamente nómada.
domingo, junio 03, 2007
El grito desahogado_Chejdan Mahmud
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