sábado, mayo 23, 2015

La jaima siempre mira al sur_Ebnu

I
Nunca cruzar sobre sangre, ni cenizas,
Ni dormir a la hora de ponerse el sol,
Ni sentarse jamás sobre la almohada.

No dejar las sandalias al revés,
Ni caminar hacia atrás, ni orinar de pie,
Ni señalar con el índice al cielo.

Al cementerio entrar descalzo y la noche
Del viernes dar de beber a los muertos.
Poner siempre los dedos en el suelo
Al escuchar una desagradable noticia.

No llamar a quien empieza un sendero
Y si alguna vez, sin querer, se hace
Se le pide que regrese y se le ofrece leche
un terrón de azúcar, antes de seguir el viaje.
Solo el color blanco allana los caminos.

No pronunciar el nombre la aguja,
Ni de la serpiente durante las noches
Pero siempre decir los nombres de dios
Al escuchar los ecos de un rebuzno.

Visitar a la familia y a los vecinos
Saludar con la mano derecha y rogar
A la tormenta que se aleje porque
En la jaima se encuentra el profeta.

Nunca pisar restos de comida,
Ni pasar por encima de alguien acostado.
Nunca dirigirse al suegro sin turbante,
Ni permitir que el agua baile en la jaima.

Tratar con respeto a las hormigas,
Y en nombre de Dios reclamar justicia.