domingo, enero 14, 2018

Mi escuela, Paz se llamaba


Siembran, los agresores, la tierra
-que vida es y esperanza-
de oquedades opacas,   
de estremecedores alaridos
y fúnebres silencios.
Alambradas, minas, radares           
que defienden trincheras y muros.
Muros que separan hermanos,
esposos, amigos, familias.
Muros que defienden catervas invasoras;
Soldaditos que esparcen muerte,
odio y dispersión propagan.
Y mi patria sigue encadenada.
Mi tierra sigue herida.
Diseminada por cercos
y herrumbrosas siembras  de la nada.
Mi casa vacía  de mi vida:
Hoy solo, ahí, anida
la gélida voz de la ausencia.
Y mi escuela Paz se llamaba,
Paz se sigue llamando
pero desde que irrumpieron
las hordas sanguinarias
solo conoce muros, minas,
abandono, guerra, muerte,
silencio, silencio, silencio…
Mientras
un rebelde bramido nuestro
en lomos de esperanza marcha
y con abnegadas manos
de sol a sol
ahí golpea,
de luna a luna
ahí golpea
galopando hacia la vida…

domingo, enero 07, 2018

Sueños del exilio_Mohamidi Fakal-la


Sueños blancos durmientes
en los párpados de la noche, temerarios,
delirantes, esgrimiendo las notas de un bohemio.
Despertar de trincheras a solas,
clamando los estribillos de granizos.
¡Ilusionistas héroes entristecidos!,
fuera de las horas de fulgores
con destello de candiles.
El dolor comulga en los tiempos,
aún sin miedo.
El borde del limbo se presta
con murmullos de sujetos desconocidos.
Océano muerto en el influjo
de lejanas olas desérticas con muros.
Un tambor de regocijo
colapsa el temblor de una tímida sonrisa.
Los balcones siguen llevando tu nombre,
y las grietas esconden una melodía
de violín enloquecido.
Corazón mudo ligado a la  soberbia,
caldea inquieto el universo.
Tras amaneceres,
rayan los cielos de un día sin prisa.
Pincelada gris que oculta el rostro de la luna.
El barro retracta la frialdad en el nido,
sumando recuerdos despiertos,
y otros que han sido despedidos.