Grandeza, inmensidad, dunas y arena;
tierra inhóspita y de gente hospitalaria;
desnuda y árida.
Grandeza en tus senderos y llanuras.
Tu horizonte es infinito y peligroso.
Tu grisáceo cielo se confunde con tu tierra.
Tu tiempo es eternidad, y
tus armas el hambre, la sed y el calor.
Tu belleza y tu paisaje inigualable.
Tu fauna gacelas y camellos y zorros y chacales.
Bravo y valiente es tu incansable nómada de pies descalzos
y ni el potente “irifi”
ni el miedo a tu grandeza
le detienen.
Son tus mujeres de ropaje azul
de tez tostada y de belleza rara.
Múltiples tus dunas e infinito tu cielo.
Con el oro compiten tus granos de arena.
Tus noches son frías
tus tardes cálidas
tus mañanas templadas.
Tu sol es ardiente
y el ímpetu de tu viento
no deja en su correr
ni caminos
ni sendas
ni llanuras
sin polvo de arena;
giran, giran y giran
tus nubes
y al final se alejan
sin haber dejado la esperada lluvia.
Buyema Messaud Embarec, 1972
Revista del instituto”General Alonso” de El Aaiun
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