Léame usted muy bien los labios
se lo estoy diciendo bien despacio.
El tiempo gira a su alrededor y sigue pasando
como si la historia dejara pasar gloria y a la vez llanto
Se derraman día a día sangre y sudor
una persona, un hombre y ante todo su honor
una nación un pueblo y un grito de voz
son ahogados por la codicia de un malhechor
Una habitación sin ventanas ,
entra un señor y golpea mi alma,
grito al viento,
manifiesto mi pensamiento ,
y esta vez , qué sé yo,
tres o cuatro señores tapan mi aliento.
1 comentario:
Qué tremenda prisión es no estar en casa.
Publicar un comentario