Quiero huir del vientre
de esta noche ajena.
Dormir un sueño
sin primaveras postergadas,
sin cláusulas de perdón incumplidas,
y despertarme en tu vientre, Tiris.
Espantar la soledad con un abanico
de versos inspirados por tu inmensidad.
Vaciar mi alma en la bondad de tu alma,
eepasar la memoria del universo
en la poesía de tus paisajes
y escuchar el eco de tus montañas,
la gloria de tu pasado,
los ruidos de la infancia del mundo,
el galope de una caravana sobre el cristalino rostro
de tus llanuras
y sentir la paz que los dioses cincelaron con bondad
en tu rostro.
Tu rostro de mar al que se le congelaron las olas.
1 comentario:
excelnte texto!
aulla dolor y ternura de serse en paz
deseo de ver espacio libre...
un gusto leer
incrporaré este link a mi blog,con permiso de ustedes
gracias
cariños
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